pasos

'...Estoy en la oscuridad, llevo ladrillos en mi espalda; quiero parar, dejarlos a un lado, abandonar mi deambular por la casa vacía y descansar al fin, pero no se si algún día podré. Se me resbala la angustia por las mejillas tratando de explicar que no los puse yo, que quiero sacudirlos, pero nadie parece oírme acá adentro. Necesito ayuda. Vení pronto, te espero...'

Uno tras otro, cuento los pasos para verte. Empecé de nuevo cien veces, aunque el problema real se asoma, y estando a una respiración de distancia de poderlo entender se vuelve a esfumar dejando una bruma espesa y muchas preguntas inentendibles. Balbuceando escribo mentalmente un mensaje que se asimila a la sensación de arrojar una botella al mar, a un "sálvese quién pueda", a un grito afónico en la madrugada. Después, me pierdo unos treinta pasos mas en si es importante o no el hecho de mandar mensajes a un receptor fantasma, siendo la prueba de que me dejé absorber por la bruma y que la sensación durará quien sabe por cuantos metros más.

Mientras tanto mis pies, mi respiración a punto de cesar, mi calma fingida, mis súplicas internas; están todos estos complejos que no nacieron de mí, todas estas irrelevancias que me pesan, me pesan mucho, y me hacen perder la atención en el camino.
Me olvido de la importancia de que si no te veo ¿como sabré que estás acá? tendré que intuirlo, hacer fuerza, estirar mis párpados y agudizar el olfato; tendré que usar mis manos, mi cuerpo, mi atención, mi memoria. Habrá que llegar al punto de que verte desde la luz no importa tanto como todo lo anterior, pero a eso le corresponde oscuridad, extravío, dolor.
Ay, si venís pronto, yo te buscaría.. Sabés que todos necesitamos pequeñas certezas.

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