podría

Viajé a capital. La costeo casi todos los días, pero a veces la siento más lejana que de costumbre, y es cuando le agrego un 'la' por delante.
Nunca me acostumbré a los molinetes, ni a las tarjetas magnéticas con monedas virtuales, ni a las personas que viajan mirándose por 20 minutos pero no se hablarán nunca. Compiten por el asiento, por el metro cuadrado, por el oxígeno. Podrían ser increíbles amigos, pero la competencia los está matando.
La Capital.

Perdí mi documento. Alguien allá afuera tiene mi cara, con mi nombre, con los 8 números que me identifican justo al lado. Ese alguien sabe donde vivo, en qué fecha vine al mundo, y de qué color tenía el pelo en el 2011. Podría venir a buscarme. Podríamos ser grandes amigos. O podríamos competir por el aire, por el espacio, por las ideas, por amor.
Sin embargo no me importa; mi plena concentración quedó en el horrible sonido de los molinetes contando personas. Un sonido, una persona. Otro, otra, otro, otra, otro, otra, otro, otra, otro, otra, otro, otr

No hay comentarios:

Publicar un comentario